TUTUQUEN, CURICO (CHILE)

Un nuevo día cargado de energías para seguir pedaleando.

Ya saliendo del Lago Rapel tomamos dirección rumbo a Linares, y aunque sabíamos que no llegariamos ese día tratamos de avanzar lo que más pudimos, llegamos a un pueblo llamado Santa Cruz, allí compré un repelente ya que la primera noche me atacaron sin piedad, nos abastecimos con agua y fuimos en busca de un lugar donde pasar la noche, nos quedamos a orillas de un río, entramos por un portón donde al parecer estaba abierto toda la noche y donde no había nadie, era como un sitio abandonado, esto fue cerca de un lugar llamado La Patagua Norte, cerca de ese lugar había un bello lugar pero no se podía pasar la noche allí ya que en el mismo sector había una cancha de motocross, lo cual nos devolvimos a la orilla del río. Al día siguiente nos preparamos un buen desayuno y emprendimos nuestro camino con buenas energías.

Es nuestro tercer día pedaleando y pretendemos llegar a Curicó, para llegar a hasta allá debemos pedalear 50km según el mapa, la primera parada del día la hicimos en el pueblito de Chépica, allí compré un neumático para para la bicicleta ya que el primer día había pinchado 2 veces en la misma rueda ya que estaba prácticamente liso, también le puse cámara nueva para asegurarme. Nuestra segunda parada estaba planificada en el pueblito de Teno, cosa que en un momento enfrentamos una cuesta la cual me hizo parar unas 3 veces, y aunque la bajada era la recompensa de esa cuesta fue muy agotador, cuando llegamos a Teno estuvimos en la plaza descansando un momento recargando energías, ya estábamos a unos tantos km de Curicó, ya cuando nos fuimos de Teno llegamos al Puente Rauco, desde ese punto faltaban 6km para llegar a Curicó, pero antes hicimos un pequeño brake para saber hacia dónde iríamos realmente en busca del lugar para pasar la noche, resultó ser que hicimos contacto con una persona vía Facebook a través de un grupo, ella nos ofreció su ayuda para alojarnos en su casa, sin dudas una familia acogedora y muy amable, Javiera y Jorge eran sus nombres juntos a sus hijos Santino y Valente, familia que nos tendió su mano para pasar una noche agradable, nos dieron de comer, nos duchamos, entre otras cosas. Una familia que sin dudas quedará en nuestros corazones y en nuestras mentes.