DEVUELTA A CHILE
- Robinson Jimenez
- 6 abr 2024
- 3 Min. de lectura
De vuelta a casa nuevamente, ya van 8 meses de viaje entre Canadá y Brasil, y retomo mi vuelta a Chile para pasar el cumpleaños de mi madre.
Dejando atrás Foz do Iguaçu, compré un pasaje en avión desde Paraguay hacia el Norte de Chile en la ciudad de Iquique, tomé un bus desde Ciudad del Este hasta Asunción, la capital de Paraguay, para llegar al aeropuerto y embarcarme hasta Chile, finalmente cuando llegué a Iquique debía llegar a la casa de mi amiga Natalia, la chica que conocí en Canadá en la ciudad de Toronto durante mi viaje en bicicleta, ella me ofreció quedarme en la casa de su familia para conocer la ciudad, al salir del aeropuerto intenté hacer "dedo" lo cual me funcionó, ya que para mi suerte en el avión conocí a un Iquiqueño que justo pasó por el lugar donde me encontraba yo, llegando a la ciudad me recibió la Tía Mané, madre de Natalia, una familia adorable con la que siempre estaré agradecido sin dudas, Élla me hizo un tour por la ciudad de Iquique, conociendo gran parte de esta, sin dudas una ciudad muy bonita sobre todo por su costa.
Ya saliendo de la ciudad Iquiqueña voy rumbo hacia Antofagasta, allí me esperaría mi buena amiga Paulina, élla sin ningún problema se dispuso ayudarme y darme alojamiento, por lo cual siempre estaré agradecido, me encontraba un poco lejos del centro de Antofagasta, recuerdo que la pareja de mi amiga Paulina en su día libre me llevó a conocer la ciudad, compartimos un poco y luego volvimos a casa, un día me contacte con mi querida amiga Madelyn que también vive en Antofagasta, ella me llevó a la famosa Portada de Antofagasta, también fuimos a la Mano del Desierto ubicada a 119 km de donde me quedaba, también compartí con mi amigo Natanael y la amiga de Madelyn, más conocida como la Chapa, una mujer simpática y alegre, al igual que mi amigo Natanael compartimos una agradable tarde todos juntos, sin duda los días en Antofagasta fueron buenos, también visité a mi buen amigo Fernando el cual me regaló una polera y unos audífonos para el camino, también compartí con mi querida amiga Paola, una gran persona por cierto, todas estas personas son amigos y amigas que conocí durante mi tiempo de estudios y no me cabe duda de que son grandes personas, mi estadía en Antofagasta fue mucho más grata gracias a ellos, y aunque la ciudad tiene su encanto ya era tiempo de partir.
Durante los días que estuve en Antofagasta tuve la suerte de que mi buena amigo Juan, un amigo del pueblo de donde yo vivo venía al Norte y pasaría por Antofagasta y luego volvía a casa, entonces me ofreció llevarme con él, a lo que yo claramente acepté ya que el cumpleaños de mi madre estaba a un par de días y quería estar allí para sorprenderla. Cuando salí a la carretera 5 Norte lo estuve esperando hasta que apareció, hicimos un par de viajes por su trabajo y resultó ser que me terminé trayendo una camioneta por encargo del jefe de mi amigo, tuve que manejar desde la ciudad de Antofagasta hasta Santiago, cuando llegué a casa el día del cumpleaños de mi madre estaban todos preparando la fiesta sorpresa, tuve que quedarme un rato escondido hasta que iniciara el cumpleaños, estar de vuelta en casa era una sensación rara después de estar acostumbrado a la rutina de armar la carpa todos los días, en fín, ese día fue lleno de emociones y felicidad para mi madre al verme allí.
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